lunes, 20 de septiembre de 2010

La Carrie




Cada vez que me siento triste o solo, ella se pone rara, juguetea con su cola, trata de acogerme a su manera, trata de contenerme a través de lamidas, saltos o se acuesta a mi lado, siente esa sensación, la falta, la necesidad de algo. Sabe que necesito un abrazo.
Que paradójico y que desgraciada es la vida!
Y pensar que si no fuese por ella, aún estarías abandonada, ladrando y corriendo por la plaza, sin rumbo.