lunes, 29 de abril de 2013

Domitila


Las miradas indiferentes  de los transeúntes, caras estáticas en el tiempo, mientras agitan sus pies eufóricos sobre el asfalto. El amor, ver a la gente sonreír, sus chillidos, todo esto en un escenario en movimiento. Uno a uno, los individuos corren apresurados al lugar de destino, les esperará la soledad de un frío televisor,  el beso apasionado hacia un trago amargo de licor refrigerado, y un gato maullando de felicidad,  donde él espera una caricia áspera que llene su estómago. ¿Y tú qué esperas? ¿Esperas ser la mísera sugestión de que eres importante para alguien?  ¿Esperas ser importante para el mundo o para ti mismo?.

sábado, 6 de abril de 2013

Canciones Melancólicas











Cuando me deprimo, discuto con mi familia, llamo a mis cercanos, suena el teléfono ocupado, me hundo en las sabanas, la radio toca música melancólica, y mi mente gira alrededor de recuerdos y preguntas que ya no tendrán respuesta.

Confieso que aún veo tu “tuiter”, aún veo tus fotos, aún veo tu sonrisa y tu mirada pegada en una foto, tu, arriba de una cama hace mas de 20 años, con un trajecito celeste apuntando a un póster que dice "no te sientas sola, yo estoy para compartir tus penas". 

Veo lo genial de tu vida, llena de deberes, de gente cool que no alcancé a conocer, y la comparo con la mía, aburridamente promiscua, intelectualmente alcohólica. 

Yo aún trato de sacar la carrera, aún vivo con gatos, aún soy pobre, y cada vez más pobre de espíritu. Aún trato de darme falsos ánimos, en intereses inventados que no sé si me hacen feliz.

Cada vez que tengo la oportunidad de olvidarte y conocer otro amor, conspiró contra mí mismo, me auto boicoteó en diferentes oportunidades en que podría ser “feliz”. Invento desde perfiles de macho alfa, indolente y misógino, hasta imagino que alguien aún piensa en mí, como lo mejor que ha conocido, y que el ser decente y respetar el karma y mis creencias me hace una mejor persona. Así voy por la vida, aconsejándo a todos que vivan con plenitud sus vidas, que en mi caso me asfixia día tras día. Sentir que aún estoy resolviendo un puzzle mental, que aún estoy, todos los sábados, perdido en invitaciones que no acepto, porque aún espero esa magia que me llevó a inventar el que tú te llamabas Natalia, y yo Rodrigo.