lunes, 29 de abril de 2013

Domitila


Las miradas indiferentes  de los transeúntes, caras estáticas en el tiempo, mientras agitan sus pies eufóricos sobre el asfalto. El amor, ver a la gente sonreír, sus chillidos, todo esto en un escenario en movimiento. Uno a uno, los individuos corren apresurados al lugar de destino, les esperará la soledad de un frío televisor,  el beso apasionado hacia un trago amargo de licor refrigerado, y un gato maullando de felicidad,  donde él espera una caricia áspera que llene su estómago. ¿Y tú qué esperas? ¿Esperas ser la mísera sugestión de que eres importante para alguien?  ¿Esperas ser importante para el mundo o para ti mismo?.

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